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inclusiontecnologica

capítulo 5

Estrategias

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Primera Consigna:

 

 

Luego de varias páginas introductorias referidas al tema de cómo apoyar al profesorado para incorporar tecnologías en la enseñanza, y de analizar distintas experiencias al respecto, el autor cita en al capítulo 5 (páginas 133 –al final de la misma- y 134) que: “...Sin embargo, la forma más común de formación que se ofrece a los instructores [sic] en la mayoría de las instituciones consiste enseñar a utilizar la tecnología a quienes tengan interés en usarla para la enseñanza. Pero esto significa empezar por donde no corresponde...”  Explique el sentido de esta afirmación, sobre todo en relación a la última frase. ¿Por dónde se debería empezar, si no es por enseñar la tecnología propiamente dicha? ¿Qué otros elementos deben considerarse?

 

Respuesta:

 

Para dar respuesta dentro de un contexto de análisis, es importante citar el estudio realizado por el American Productivity & Quality Center (APQC), junto con la State Higher Education Executive Officers Association, que sirvió de punto de referencia sobre las mejores prácticas en el desarrollo formativo del profesorado para el uso de la tecnología en la enseñanza. Las conclusiones del informe final no fueron totalmente las esperadas. La primera de ellas planteaba que las prácticas de desarrollo del profesorado de una institución estaban     muy influidas por el planteamiento general que ésta hacía del uso de la tecnología para la enseñanza. Parecía que cuando mejor funcionaba el desarrollo del profesorado era cuando la cultura de la institución estaba dominada por el uso de la tecnología y apoyada por toda una variedad de estrategias como: un plan estratégico sólido, una considerable inversión en infraestructura tecnológica, apoyo de los máximos responsables de la institución, y apoyo a los alumnos mediante e1 acceso informático. El informe concluía que, aunque estos planteamientos pueden crear por separado un clima positivo para el desarrollo formativo del profesorado, parece que su combinación se traduce en una cultura que está totalmente inmersa en la enseñanza y el aprendizaje con la tecnología (Bates, 2001). 

 

Esto indica la posibilidad de que depender del desarrollo del profesorado como principal estrategia para el cambio tecnológico no sea suficiente por sí mismo. Otra conclusión era que las organizaciones de mejores prácticas centraban el desarrollo del profesorado en la enseñanza y el aprendizaje, no en la propia tecnología. Aunque se suele considerar que el diseño de la instrucción, gráfico y de interfaz es esencial para poder elaborar materiales de aprendizaje de calidad, los profesores suelen oponerse a la instrucción directa en estas áreas, o la evitan. 

Los conceptos del diseño deben surgir como respuesta al estudio de auténticas cuestiones docentes, y no se deben enseñar directamente a los profesores. En consecuencia, las iniciativas de desarrollo del profesorado en las instituciones de mejores prácticas muchas veces estaban orientadas a temas o proyectos concretos referentes a la enseñanza de la disciplina. Así pues, la formación del profesorado en diseño de la instrucción y el uso de la tecnología funciona mejor en un, contexto de estudio y resolución de problemas concretos de enseñanza y aprendizaje. La importancia de la gestión de proyectos está relacionada con otro descubrimiento importante del estudio, el trabajo en equipos, esta era la estrategia más eficaz para desarrollar cursos basados en la tecnología. 

 

Otra conclusión fue menos sorprendente: los profesores aprendían mejor de sus pares, a través de buenos ejemplos de enseñanza basada en la tecnología. Una estrategia basada en esta conclusión es utilizar a los docentes que han completado cursos de enseñanza on-line como mentores de los instructores que trabajan on-line por primera vez. Sin embargo, la forma más común de formación que se ofrece a los instructores en la mayoría de las instituciones consiste en enseñar a utilizar la tecnología a quienes tengan interés en usarla para la enseñanza. Pero esto significa empezar por donde no corresponde.

 

Muchos instructores tienen que comprender en primer lugar por qué es importante usar la tecnología para la enseñanza, y cuál es su objetivo:

 

  • En primer lugar, la formación debe estar relacionada con el entorno cambiante en que se encuentran las propias universidades y con las necesidades de los estudiantes. 

 

  • En segundo lugar, hay que comprender algunas ideas básicas el  proceso de enseñanza y aprendizaje, y en especial los diferentes tipos   de enfoques docentes y de metas que se pretende alcanzar. Hay que relacionar las nuevas tecnologías con estos diferentes enfoques de la   enseñanza. 

 

  • En tercer lugar, los instructores deben comprender los distintos papelesque la tecnología puede desempeñar en la enseñanza, y cómo esta circunstancia cambia la forma en que hay que organizar ésta. 

 

Sólo entonces tiene sentido formar al profesorado en cómo utilizar un tecnología determinada, e incluso así puede que sea mejor no enseñarle los detalles técnicos del uso de la tecnología, sino dejar éstos a otros especialistas del equipo.

 

Aquí es donde toma relevancia el estudio APQC mencionado anteriormente, el cual aporta importantes conclusiones al respecto, que permite elaborar estrategias, para abordar un adecuado Apoyo al profesorado para incorporar tecnologías en la enseñanza.

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